Lo más duro fue que nos dijeron que había que esperar a que se despertase, porque la operación fue muy larga y con lo pequeño que es, era posible que su cuerpo no se recuperase de la anestesia.
Pero al fin, Naranjito se despertó, pudimos verlo en Kinditín, y por fin hoy ya está en casa. Ahora tiene que reposar, tenemos que tener cuidado para que no se muerda ni se chupe la cicatriz, pero ya está ronroneando y deseando recuperarse para jugar con la Negrita y con Elvis.
Nos han dicho que pronto se recuperará y que seguramente, ni siquiera le quede ni cojera, así que ¡TODO HA SIDO UN ÉXITO!
Gracias de nuevo a nuestros amigos de Kinditín.
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