UN PEQUEÑO REGALO

Ayer no fue un buen día. Cuando llegamos a la protectora, Ana nos dijo que alguien había tirado a un perrito pequeño por encima de la verja. Ya no es la primera vez, y en una ocasión el perrito en cuestión se quedó tetrapléjico, pero afortunadamente no fue así. Cuando le vimos la carita de susto, nos quedamos enamorados.
Es un cruce de podenco, de unos dos meses, que estaba muerto de miedo, pero ahora que lo hemos bañado y sacado de paseo con nuestro perro, parece que se adapta con facilidad (no se separa de Robin, y sólo quiere mimos).

Afortunadamente, Laura, una colaboradora que hace poquito adoptó a nuestra gatita Phoebe, se ha ofrecido a acogerlo en su casa mientras le buscamos un hogar definitivo, porque en la protectora podría ponerse malito; pero el pequeño necesita una casa para siempre.

Si tienes un sitio en tu casa y en tu vida para un amor en frasco pequeño, llámanos y llévatelo a casa. ¡¡¡Está deseando empezar su nueva vida!!!