Y aquí van tres joyas. Tres perros especiales, sólo para personas especiales. Tres historias de dolor que no han conseguido borrar la dulzura de estos perros. Tres ejemplos de que las personas son muchas veces más bestias que los animales. Tres regalos que tenemos la suerte de tener con nosotros y que esperamos que algún día tenga alguien que realmente se los merezca.
NALA es una preciosa cruce de mastín, grande, aunque no tan alta como se podría esperar, que lo ha pasado fatal. Nunca sabremos qué le pasó, pero basta con ver su mirada de miedo, con intentar acercarse, con sacarla a pasear y verla pegarse al muro todo el camino, intentando hacerse invisible y desaparecer. Sólo abordándola con decisión la tocamos, pero siempre agacha la cabeza con miedo a lo que le pueda pasar. Es dulce, buena, tranquila...Se deja hacer, pero siempre con miedo. Nunca se atreve a iniciar la interacción. Necesita a alguien que la quiera con locura, que le dé tiempo para ganar confianza y claro, que tenga espacio para tenerla. Es un amor.
SOLDADO es un caso excepcional. No sabemos bien cómo, pero estando con su último dueño se rompió una cadera y, no sabemos muy bien por qué, éste no le llevó a operar, y el hueso se acabó soldando como buenamente pudo. A consecuencia, Soldado cojea de una patita de atrás. Pero lo sorprendente es que eso no le impide salir corriendo al patio, ser alegre, jugar...Es un perro MUY cariñoso, dulce y tranquilote. Necesita una familia que le quiera tal cual es, porque es perfecto, es precioso, es adorable...Simplemente, cojea. Al fin y al cabo, todos tenemos defectos, ¿no? Después de todo lo que ha pasado, se merece una compensación.
ELA es nuestra tercera niña "especial". Al igual que Nala, Ela también ha pasado un calvario de vida, basta con acercarse para saberlo. Deambula intentando acercarse, pero si te mueves bruscamente se asusta y se vuelve a alejar. Hoy he podido acariciarla. Sólo necesita que la esperes, que le dés su tiempo, a su ritmo, para acercarse, olerte un par de veces (o diez o veinte), ver que no le haces nada, que la roces un poco...Y al final, si tienes paciencia, te permite que la acaricies, te mira con sorpresa y alivio y parece decir "uf, menos mal. Caray, esto no está tan mal".
Ela quiere que la quieran, que la mimen, que la cuiden...Pero necesita que le demuestren que puede confiar. Si lo consigues, tendrás una compañera increíble para toda la vida.
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